Num conhecido país aqui pierto, un cidadón encontrou seu vizinho Secretário de la Salud en el elevador y dice:
-- Secretário, en la Buena Vista, el doctor atiende de cuatro.
El Secretário arregaló los ojos:
-- Como assim???
El cidadón habló:
-- Cuatro por vez. Cada consulta entra cuatro en el consultório del Puesto de Salud.
El Secretário ficou pueto.
-- Usted tien certeza?
-- Por supuesto. Usted puede conferir.
Buena idéia! En el otro dia, de manhana bien ciedo, el Secretário fue en la Buena Vista y pegó la fila para ser atiendido como un cidadón cualquer. Non deu otra. El doctor atiendia de cuatro en cuatro. El Secretário más tres entraran y el doctor preenchió una receita y já fue dicendo (sem examinar ninguén):
-- Uested, usted y usted tiene que facer un ultra-sonido. Cuanto a usted (hablando para el Secretário), aqui tiene una orden para exame de la próstata.
El Secretário, que non habia sido reconocido pelo doctor, dice:
-- Doctor, yo queria hablar com el senhor.
El doctor:
-- My amigo, acá non és confessionário. Faça el exame de la próstata e vuelte despues.
-- Doctor, na buena, yo quiero hablar con usted.
El doctor, já con el saco cheio:
-- Puta que los parió! Piensa que yo tengo el dia inteiro?
El Secretário:
- Alguna cosa está errada acá, doctor. Tenemos que conversar.
-- Entonces porque usted non vai en la prefectura y reclama para el Secretário?
El Secretário, a puento de tener um piripaque, habló:
-- Yo soi el Secretário de la Salud.
El doctor, branco como un Fiat Uno de la própria prefectura:
-- Un momentito que me voi en el mictório y vuelto loego.
El doctor saliu y el Secretário, que habla muy bien tanto en privado como en público, preparou-se para aplicar un discurso correctivo para resolver de una vez por todas la pendenga. Despues de vinte minutos esperando, una atendiente veio decir que el doctor tinha salido e dice que non voltaria.
El el otro dia, el Secretário recebió el pedido de demission del doctor hijo de puta.
